El Hospital de Tavera es uno de los más hermosos e importantes monumentos de Toledo, que guarda en su interior buena parte de la historia y el legado cultural de la capital toledana. Conocido como el primer edificio totalmente clásico de Castilla, fue construido en el siglo XVI como hospital y panteón, y a día de hoy es además museo.
De esta solera palaciega bebe Guylond París para crear el perfume con el nombre del monumento, dentro de la línea “Duquesa de Medinaceli”. Así, nace una fragancia aromática, especiada y amaderada, que evoca la sobriedad de este clásico edificio toledano. Las notas de plantas medicinales (bodiana, artemisa, menta) remiten al jardín de este antiguo hospital, y las pinceladas de especias y maderas nobles se combinan con el olor del cuero y el pergamino.
El palacio, también conocido como Hospital de San Juan Bautista, es uno de los más representativos monumentos del Renacimiento español que, además, exhibe una extraordinaria colección pictórica y mobiliaria del Siglo de Oro y la única farmacia hospitalaria de esta época que se conserva íntegramente.
Historia y arte en su interior
La particular riqueza del Hospital Tavera se evidencia en sus patios, en las antiguas enfermerías, iglesia, sacristía o cripta, que además nos permite disfrutar y contemplar la belleza de las obras de arte que alberga en su interior, como el sepulcro del Cardenal Tavera, obra de Alonso de Berruguete o el retablo de la Iglesia, proyecto iconográfico de El Greco.
También ha sido escenario de rodaje de películas, como Viridiana y Tristada, de Luis Buñuel y la superproducción “Los tres mosqueteros” de Richard Lester. También se rodaron varias escenas de series de televisión, como Fortunata y Jacinta, rodada en 1980 o la contemporánea Águila Roja.